Sólo eso: llueve y estoy mirando la lluvia

Inspirado en el texto Tanta Mansedumbre de Clarise Lispector.

"Sólo eso: llueve y estoy mirando la lluvia."



Hace tan sólo unas horas, su vida seguía siendo la misma. La rutina de cada día y el mismo dolor de siempre.

Su cara se veía cada vez más apagada y su semblante más amargo. Tan sólo la reconfortaba el sonido suave de la lluvia sobre los campos.

Por las noches, se paseaba medio adormecida por las habitaciones, buscando, quizás, el recuerdo medio olvidado de lo que era la compañía. Y se despertada enroscada en el sillón tapada con su querida manta azul.

Su gatita todavía estaba dormida sobre su regazo en el sillón, cuando quiso levantarse, pero notaba como su cuerpo estaba más entumecido que de costumbre. Sentía que su querida gatita pesaba más que ayer, y no la podía apartar a un lado, como si se hubiera pegado a su falda. Miró a su alrededor y todo estaba como siempre, nada había cambiado. Miró hacia a fuera y estaba lloviendo. Ahora si, se levantó, suave y lentamente, como quien se desprende de un cálido abrigo temiendo tener frío, y se dirigió a la ventana. Le encantaba ver llover sobre los campos, era de las pocas cosas ya que la hacían sonreír, le relajaba ver como las diminutas gotas resbalaban por el cristal de su ventana.

Pensó en la suave brisa que acariciaba la verde hierba, y miró a su gatita, todavía enroscada en su regazo. Hacía mucho tiempo que en su rostro no parecía relajado y tranquilo, como hoy, casi esbozando una sonrisa. Una alegría mansa y llena de paz le invadió el corazón. Se le hacía tan extraña esa sensación, que casi resbaló una lágrima de sus ojos. Volvió a mirar por la ventana, la lluvia era, ahora, dulce y serena al alba.

Llamó a su gatita: -Mimi, cariño, ven conmigo afuera.

La gatita de un salto dejó el sillón y su regazo, y estirando sus blancas patitas, la siguió bajo la lluvia.

Paloma.